
Han pasado cuarenta años desde la promulgación de la Constitución de 1985 en Guatemala y treinta y nueve desde la firma de los Acuerdos de paz en 1996. Si los avances económicos y sociales han sido muy paulatinos y han convivido con una distribución de la renta y del acceso a servicios enormemente desigual –por encima de la media de Latinoamérica, particularmente en lo que a brecha étnica se refiere (véase)–, en el campo institucional el progreso estuvo desde el comienzo fuertemente en entredicho, al menos hasta el último cambio de gobierno, que estuvo lleno de obstáculos. En los informes […]