Foto encontrada en O legado de Eunice Paiva para a luta por direitos indígenas – DW – 16/01/2025

 

¿Quién fue Eunice Paiva?

Eunice Paiva (1929-2018) fue una destacada abogada brasileña y defensora de derechos humanos. Casada con Rubens Paiva, un congresista que desapareció durante la dictadura militar brasileña, Eunice transformó su dolor en activismo, denunciando la violencia del régimen.

La película Ainda Estou Aqui (Aún estoy aquí), basada en el libro del mismo nombre escrito por su hijo, Marcelo Rubens Paiva, ofrece una oportunidad única para conocer su lucha por el estado de derecho. Reflexionando sobre la historia de su madre, Marcelo dijo: “Me di cuenta de que mi madre estaba perdiendo su memoria mientras Brasil debatía su propia memoria.” Walter Salles, director de la película, explicó que inicialmente pensaron que estaban haciendo una reflexión sobre el pasado, pero con el ascenso de la ultraderecha, quedó claro que la película también trata sobre el presente.


La Dictadura Militar Brasileña y la Transformación de la Vida de Eunice

La película muestra cómo Eunice vivió con su familia en Río de Janeiro cuando, en 1971, los militares llegaron a su casa, llevándose a su esposo, y luego a ella y su hija Eliana, al Departamento de Operaciones e Información (DOI) del ejército. Eliana, que tenía 15 años en ese momento, estuvo detenida durante 24 horas. Eunice fue encarcelada durante 12 días. Rubens nunca fue visto de nuevo.

Tras estos eventos, Eunice estudió derecho y se unió a movimientos que se oponían al régimen militar. Una de estas iniciativas llevó a la creación de la Ley N.º 9.140/1995, que reconoció oficialmente que las personas desaparecidas durante la dictadura militar debían ser consideradas muertas. Según Eunice: “No reconocer la muerte de Rubens Paiva fue la forma más violenta de tortura que ellos (los militares) pudieron infligir a nuestra familia.” Después de 25 años, logró que el estado emitiera el certificado de defunción de su esposo.

Memoria, Verdad y Compromiso Cívico

El trabajo de Eunice fue crucial para asegurar que la memoria de las víctimas del régimen militar no fuera borrada. A través de su compromiso político, contribuyó al establecimiento de la Comissão da Verdade (Comisión Nacional de la Verdad). Esta comisión recopiló 1.121 testimonios en 80 audiencias públicas y, en 2014, entregó su informe final a la entonces presidenta Dilma Rousseff. La comisión documentó los crímenes y violaciones de derechos humanos de la dictadura, pero muchas heridas siguen abiertas. La ley de amnistía, promulgada durante la dictadura, otorgó perdones generales que permitieron el regreso de los exiliados y la liberación de los prisioneros políticos, pero también resultó en la impunidad para los crímenes cometidos por el estado.


Defensora de los Derechos Indígenas

Ainda Estou Aqui también destaca otro aspecto del trabajo de Eunice: fue pionera en la defensa de los derechos de los pueblos indígenas. Para ella, esta lucha estaba intrínsecamente ligada a la lucha por las víctimas políticas de la dictadura. La Comisión de la Verdad estimó que al menos 8.350 indígenas fueron asesinados durante este período, ya sea directamente por la acción del gobierno o debido a negligencia.

Eunice participó en la Comissão Pró-Índio de São Paulo, fundada en 1978 para resistir al intento del gobierno de dividir a los pueblos indígenas entre los que preservaban su cultura y los “indios aculturados” (considerados civilizados), con el objetivo de despojar a este último grupo de derechos territoriales. Además, los pueblos indígenas fueron clasificados como teniendo “capacidad legal relativa” y debían ser representados por el Serviço de Proteção ao Índio (Servicio de Protección al Indio) y luego por la Fundação Nacional do Índio (Fundación Nacional del Indio), que fue militarizada durante la dictadura y no actuó en favor de las comunidades indígenas.

En 1983, Eunice coescribió el artículo Defendam os Pataxós (Defender a los Pataxós) con la antropóloga Manuela Carneiro da Cunha, un hito en la lucha por los derechos indígenas. En 1985, publicó O Estado contra o Índio (El Estado Contra el Indio) con Carmen Junqueira, abordando las violaciones de derechos humanos contra estos pueblos.

Eunice desempeñó un papel clave en la demarcación del territorio indígena Zoró. En 1986, en su parecer sobre el programa Polonoroeste (una iniciativa de desarrollo para el noroeste de Brasil), declaró: “Los derechos de los pueblos indígenas sobre sus tierras son inalienables e irrenunciables, y ningún argumento válido puede anular, limitar, anular o alterar el derecho de la comunidad Zoró a la tierra que constituye su hábitat natural.”

En 1987, fundó el Instituto de Antropología y Medio Ambiente (IAMA), y en 1988, trabajó como asesora de la Assembleia Nacional Constituinte (Asamblea Nacional Constituyente), donde ayudó a redactar el Artículo 231 de la Constitución, que introdujo el concepto de “derechos originarios”, afirmando que los derechos territoriales indígenas no provienen del estado, sino que son inherentes a su condición de pueblos precolombinos.

Arte y Memoria Colectiva

La historia de Eunice puede contarse de muchas maneras. Su misión sigue siendo relevante, como lo demuestran las discusiones en curso sobre las desapariciones forzadas, un tema ahora investigado por un grupo de trabajo especial de las Naciones Unidas, y el creciente reconocimiento de los derechos indígenas.

Elegí compartir su historia a través de la película Ainda Estou Aqui. Fernanda Torres, quien interpreta a Eunice, señaló que Eunice no lloraba, y de inmediato pensé en mi propia madre, que también no llora. Como hija de un padre que estuvo preso durante la dictadura militar y habiendo pasado dos años de mi infancia en el exilio, ahora entiendo por qué mi madre no llora. La película me proporcionó una forma accesible de contar la historia de esta mujer que luchó por el estado de derecho ante una audiencia legal más amplia. El arte nos permite trascender historias individuales y, frente a las decepciones finitas, encontrar esperanza infinita.

Fernanda Torres recibió un Globo de Oro, un prestigioso premio internacional que dio mayor visibilidad a esta historia más allá de Brasil. Curiosamente, la ceremonia de premiación tuvo lugar en los Estados Unidos, un país que a menudo se ve como defensor del estado de derecho, pero también como fuente de cuestionables interferencias políticas en América Latina. El arte, cuya relación con los derechos fundamentales y el estado de derecho no debe subestimarse, desempeña un papel crucial en la preservación de la memoria colectiva e histórica y en el fomento de la reflexión crítica.


Una Lección para el Presente y el Futuro

Cuatro años después de recibir la confirmación oficial de lo que pasó con su esposo y 14 años después de haber sido diagnosticada con Alzheimer, Eunice falleció en 2018. 

Pero ella sigue aquí. Permanece con nosotros a través de su lección sobre la defensa continua del estado de derecho y la necesidad de compromiso cívico. En tiempos de polarización política y ataques a los derechos humanos y la democracia, es esencial recordar que cada violación de derechos, sin importar el grupo social afectado, impacta a la sociedad en su conjunto. Que la lección de Eunice nos inspire a afirmar: todos seguimos aquí, defendiendo el estado de derecho, y seguiremos haciéndolo.

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